Evaluación de Productos Germicidas

Hoy en día contamos con un sin número de sustancias, mecanismos y procedimientos protectores de la salud humana por la invasión de microorganismos, los cuales se pueden eliminar ejecutando actividades de limpieza, desinfección y esterilización para disminuir y evitar el riesgo de enfermar.

 

En la actualidad, el ambiente comercial de venta general de productos y/o servicios es foco especial de atención para minimizar la diseminación de microorganismos, pues puede actuar como fuente de recuperación de patógenos potencialmente causantes de infecciones.

 

Hay que tener en cuenta que las superficies tienen riesgo mínimo de trasmisión directa de infección, pero pueden contribuir a la contaminación cruzada secundaria, por medio de las manos del personal y los objetos de uso diario o productos que podrán ser contaminados o entrar en contacto con esas superficies y posteriormente, contaminar a más personas u otras superficies.

 

La desinfección describe un proceso que elimina, sobre superficies, todos (o la mayoría) de los microorganismos patógenos. Un aspecto de gran relevancia para determinar la conveniencia de utilizar un desinfectante es conocer su actividad germicida. Hay una gran cantidad de métodos­ para evaluar este parámetro: una alternativa es la de probar el efecto in vitrometodología indicada en la normatividad nacional actual (NMX-BB-040-SCFI-1999).

 

La palabra antiséptico designa a un germicida que se aplica sobre la piel herida y otros tejidos vivos, a diferencia de los desinfectantes, que son sustancias que se utilizan sobre superficies debido a que pueden dañar la piel y otros tejidos. El empleo de antisépticos es un proceso muy frecuente en todas las organizaciones al cuidado de la salud y su empleo correcto, junto con la limpieza adecuada, son los elementos clave para evitar ­la propagación de coinfecciones.

 

Entre los agentes químicos utilizados como desinfectantes están: alcohol, cloro y compuestos clorados, formaldehído, glutaraldehído, peróxido de hidrógeno, yodóforos, ortoftaldehídos, ácido paracético, compuestos fenólicos, compuestos cuaternarios de amonio y mas recientemente los compuestos que contienen concentrados de semilla de cítricos adicionas al etanol. Algunos de ellos tienen serias limitaciones, como en el caso del cloruro de banzalconio, en cuyo seno se han reportado presencia de bacterias patógenas, principalmente las bacterias Gram negativas. Los que han demostrado tener mayor efectividad como desinfectantes son el alcohol, los yodóforos y el glutaraldehído. El etanol 70% es el desinfectante que mas se ha utilizado desde hace muchos años debido sus ventajas: actúa rápidamente, su espectro de acción incluye bacterias, virus y protozoarios y su costo es bajo.

 

La eficacia de un desinfectante depende de su concentración, el tiempo de contacto, la naturaleza de la superficie desinfectada, la cantidad de materia orgánica presente en la superficie y el tipo y la cantidad de microorganismos presentes.

 

El tiempo de contacto es un factor fundamental para asegurar la desinfección. Este se estima llevando a cabo el estudio microbiológico denominado Reto Microbiano, en este estudio se pone a prueba la efectividad del agente germicida y se basa en la inoculación de una concentración inicial de microorganismos puros a la cual se le adiciona el desinfectante a probar por un tiempo determinado. Dicho desinfectante será aceptable cuando cumpla con el 99,99% de reducción de la cuenta de microrganismos viables iniciales en la prueba.

 

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